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Cristina Kirchner asumió la presidencia del PJ pero se profundiza su distanciamiento con Axel Kicillof

Con su asunción formal como presidenta del PJ, Cristina Kirchner abre una etapa en la que intentará revalidar su liderazgo sobre el peronismo con la mira en el armado electoral para 2025, pero las ausencias de los gobernadores y en especial del bonaerense Axel Kicillof en el acto siembran dudas sobre su capacidad para marcarle la estrategia nacional al partido.

La firma del acta para oficializar a las nuevas autoridades del PJ se llevó a cabo en la sede la Universidad Metropolitana (UMET) del gremio de Víctor Santamaría, ubicada en el barrio porteño de Balvanera. Hasta allí fueron diputados, senadores y dirigentes que hace tiempo no ocupan lugares políticos de relevancia. Pero casi ningún gobernador del partido.

El jefe del bloque de senadores peronistas y flamante vicepresidente del partido, José Mayans, contó que se encargó personalmente «a cada uno de los gobernadores» y aclaró que «cada uno tiene sus compromisos». Fue una forma de negar cualquier interpretación política sobre las ausencias y, sobre todo, no subirle más el tono al distanciamiento entre Cristina y Kicillof.

La otra excusa para los «faltazos» la dio la propia Cristina Kirchner: habían «previsto otra fecha» para el acto pero se reprogramó. Eso tal vez complicó a los gobernadores para adaptar su agenda. Tiempo atrás nunca tuvieron problemas para asistir a un acto de la líder. Además, hoy tampoco son tantos ya que, si se cuentan solo a los que están enfrentados con el gobierno de Javier Milei, son apenas cuatro, entre ellos Kicillof.

Cristina Kirchner asumió en el PJ: ¿qué implica la ausencia de Axel Kicillof y otros gobernadores en el acto? 

Kicillof no asistió al acto en Balvanera porque estuvo de recorrida por la provincia de Buenos Aires. Primero entregó viviendas en Pehuajó y de allí se trasladó a la localidad de Carlos Casares. Esa fue la explicación oficial de su ausencia. Pero es imposible no asociar su ausencia con la tensión que mantiene hoy con su ex jefa política y su hijo, el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, la cual afloró durante la cumbre partidaria que compartieron el lunes en Moreno.

Tampoco asistieron Gildo Insfrán (Formosa), Sergio Ziliotto (La Pampa) ni Ricardo Quintela (La Rioja), quien intentó enfrentar a Cristina Kirchner en una elección interna por la conducción del partido. De todas formas, la ex mandataria le envió un saludo y lo llamó «compañero», en un gesto de distensión. A Kicillof, en cambio, ni siquiera lo mencionó.

Se trata de ausencias son relevantes no solo porque los gobernadores son los representantes del peso territorial del peronismo, del famoso «aparato» en cada provincia, sino porque se suma a que ninguno de ellos expresó su apoyo directo cuando Cristina Kirchner se lanzó hacia la presidencia del partido.

Esto pone dudas sobre la estrategia de Cristina Kirchner, que a través del armado de su lista para conducir el PJ intentó mostrar una apertura a todos los sectores. Por eso llevó como vice primero a Mayans, hombre de Insfrán, y le hizo lugar a dirigentes del peronismo más territorial como el tucumano Juan Manzur o el sanjuanino Sergio Uñac, entre otros.

La estrategia de Cristina Kirchner: cerrar fisuras en el peronismo territorial e ir contra Milei 

La intención de la ex mandataria es unificar todo lo que pueda al PJ para las elecciones del año próximo pero sin desatender que cada provincia tiene su juego, dar una señal hacia adentro del partido de que no se recostará únicamente en La Cámpora y, como parte de ello, proponer la formación de nuevos dirigentes.

Así lo indicó en su discurso de asunción al frente del PJ. «El partido debe formar. Abocarse a la formación de cuadros políticos y técnicos. Formar, informar, planificar, divulgar y organizar son las 5 tareas fundamentales que debe cumplir el partido«, señaló. Todo bajo un elemento unificador: enfrentar al gobierno de Milei.

Durante el acto, la exvicepresidenta de Alberto Fernández sostuvo que el Presidente vive como «si estuviera en un cumpleaños» porque no entiende que «el tiempo que viene es un tiempo de cierre de las naciones, de defensa de su patrimonio«, entre críticas a su plan económico.

¿Qué dijo la expresidenta sobre el plan económico de Javier Milei?

En primer lugar, Cristina Kirchner sostuvo que «hay una aceptación de la sociedad a una suerte de ejercicio de ajuste violento sobre aquellos sectores», como explicación al triunfo y el crecimiento de Javier Milei en la escena política.

No obstante, apuntó contra su gestión. «Lo que hoy está viviendo la Argentina es más viejo del sol. Es la tercera o cuarta experiencia de valorización financiera (…) En definitiva es que la guita no se invierte para producir bienes o servicios sino en timba financiera para obtener la mayor ganancia posible», afirmó.

También apuntó contra las definiciones que dejó el Presidente durante la cadena nacional del pasado miércoles, a propósito de su primer año de gobierno. «Lo escuchaba hablar de los salarios en dólares, de lo que están hoy. Se olvida de cuánto está la canasta básica en dólares. Con 100 dólares en Argentina no se compran las mismas cosas que con 100 dólares en Paraguay, en Chile o en Estados Unidos», resaltó la ex mandataria.

Además, volvió a cuestionar la política cambiaria. Habló de la «falacia de los libertarios» para remarcar, como ya lo había hecho antes para desacreditar el discurso de Milei sobre la no intervención en la economía, que el Gobierno «no deja de pisar el dólar e interviene en esa variable importante de la economía, porque sabe que si sube el dólar, sube la inflación».

«En la economía bimonetaria, la inflación está atada a la variación del tipo de cambio y el tipo de cambio bajo produce déficit de cuenta corriente, desindustrialización, pérdida de empleo, cierre de fábricas», lanzó la flamante titular del PJ. A su modo, se plegó al planteo que hacen economistas y sobre todo industriales sobre la necesidad de una devaluación, que Milei rechaza.

La estrategia electoral para la Provincia, eje de la interna entre Cristina y Kicillof

El enfrentamiento con Milei es hoy el único factor de unidad de Cristina Kirchner con Kicillof. Con la expresidenta ya encumbrada en el PJ nacional, varios empiezan a especular con su posible candidatura a diputada nacional en la provincia de Buenos Aires mientras el gobernador se posiciona como posible candidato presidencial en 2027.

El peronismo necesita revalidar su poderío, como mínimo, en su principal bastión electoral el año próximo. En eso coinciden todos, pero en la forma no. Kicillof evalúa desdoblar las elecciones de la provincia respecto de las nacionales y el kirchnerismo se opone a esa estrategia.

Durante la cumbre que ambos compartieron junto a Máximo Kirchner, el ex candidato presidencial Sergio Massa y todo el PJ bonaerense, la expresidenta calificó como «un error» el desdoblamiento electoral que hicieron en 2023 casi todas las provincias gobernadas por el peronismo, en un mensaje directo a Kicillof.

Por su parte, el gobernador bonaerense planteó que la «unidad» del peronismo tiene que darse detrás de una estrategia común «para enfrentar a Milei». Enfrentado con La Cámpora y por lo tanto con la ex presidenta, Kicillof busca que la negociación por el armado de las listas en su distrito sea «entre iguales», como sugirió en su discurso del 17 de octubre pasado, el cual terminó de exponer la interna con la ex presidenta.

En ese marco, cuando Cristina Kirchner sostuvo durante su acto de asunción que hay dirigentes del partido que están «convertidos en militantes electorales» y que deben «volver a ser militantes políticos», se interpretó como un posible dardo a Kicillof.

A la espera de un escenario más claro sobre las PASO

En el kirchnerismo esgrimen como argumento que esa estrategia le costo cara al peronismo en 2023 porque al final perdió varias provincias y, para colmo, en algunas de las que retuvieron los gobernadores se acercaron al oficialismo en el Congreso.

Hoy no cuentan como «propios» a Osvaldo Jaldo (Tucumán), ni a Raúl Jalil (La Rioja), que hace meses lograron un diálogo fluido con la Casa Rosada. Mucho menos a Martín Llaryora de Córdoba y a Gustavo Sáenz de Salta, que se mueven con total independencia.

En el medio está Massa, que es líder de su propio partido (el Frente Renovador) y que se mantuvo distante de la elección de Cristina Kirchner en el PJ. No obstante, tiene un buen vínculo con Máximo Kirchner y en el peronismo lo señalan como posible mediador entre ellos y Kicillof.

De todas formas, el desacuerdo en la estrategia también pasa por la incertidumbre del escenario nacional para 2025. La incógnita está en si habrá o no elecciones primarias abiertas (PASO). Milei quiere eliminarlas y buena parte del PJ en el Congreso estaría de acuerdo. En la Legislatura bonaerense, los alfiles de Massa también la impulsan para la Provincia. Hasta que ese tema se resuelva, el consenso interno será difícil.

Mientras tanto, Cristina Kirchner intentará conducir al PJ con un ojo puesto en la pelea central de la provincia de Buenos Aires pero sin desatender la obvia necesidad que tiene el espacio de evitar más fisuras para consolidarse como la principal alternativa opositora hacia adelante. La ausencia de Axel Kicillof y otros gobernadores podría ser un mal arranque, pero el partido que se propone librar la ex mandataria es largo y probablemente va más allá de 2025.

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