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9 millones de pesos, el sueldo que ganarán senadores en enero si descongelan las dietas

En medio de la desacreditación permanente por parte del presidente Javier Milei, la vicepresidenta Victoria Villarruel intentó -sin éxito- en la última sesión del año, marcada por el hecho trascendente de la expulsión de Edgardo Kueider, mantener el congelamiento de las dietas de los senadores que, de no avanzar una resolución en torno al tema en los próximos días, a partir del 1ro. de enero volverán a estar «enganchadas» a las paritarias de los empleados legislativos y podrían elevarse a más de 9 millones de pesos.

El día que se echó a Kueider no fue una jornada nada fácil para el oficialismo, que encima después sumaría la polémica por el traspaso de mando y las declaraciones del propio Milei desde Italia diciendo que la sesión había sido «inválida».

Ante la firme e irreversible decisión tomada por la oposición de avanzar en la destitución del entrerriano detenido en Paraguay, Villarruel quiso contrarrestar el efecto con dos temas: la suspensión del kirchnerista Oscar Parrilli, que no consiguió los votos; y la prórroga de la suspensión de aumentos en los haberes de los senadores, que ni siquiera llegó a ponerse a consideración en el recinto.

Victoria Villarruel no tuvo éxito en su propuesta de mantener las dietas congeladas

Así lo revelaría la propia vicepresidenta en declaraciones a la prensa en el Salón de las Provincias. «Solicité que se tratara el congelamiento de las dietas de los senadores, porque a partir del 1ro. de enero se comienzan a actualizar automáticamente, cuestión que espero que los senadores traten», dijo.

Y rápidamente aclaró que no estaba en su potestad el asunto, dado que en abril pasado los senadores resolvieron la cuestión por su propia cuenta. «Yo no soy senadora, sólo facilito las condiciones para el tratamiento y la discusión de este tema, pero no soy las que toma las decisiones», remarcó.

En esa línea, la titular de la Cámara alta afirmó que consideraba adecuada esa medida, «entendiendo el esfuerzo inmenso desde lo económico que está haciendo la población». «Creo que debemos estar a la altura», añadió.

La actitud de Villarruel al finalizar el año distó bastante de la mirada que planteó en marzo pasado, cuando los senadores todavía no habían recibido ningún aumento y sus dietas estaban por debajo de los 2 millones de pesos en neto.

En febrero de 2024, Villarruel y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, habían avalado el 30% de aumento para los legisladores nacionales, en línea con las paritarias negociadas por los gremios legislativos para los empleados. Pero, ante las críticas, Milei les pidió a ambos que dieran marcha atrás. La vicepresidenta mostró resistencia, hasta que finalmente firmó la resolución junto a Menem.

Días después, Villarruel diría durante una entrevista televisiva que los legisladores «no reciben un sueldo acorde a la importantísima tarea que les delegamos los argentinos, así solo van a poder ser legisladores los ricos, los corruptos, los narcos, los que tengan un sponsor atrás. Para mí tienen que ganar bien».

El sueldo de los senadores hoy es de más de 7 millones de pesos

En medio del ajuste aplicado por Milei, el malestar entre diputados y senadores respecto a las dietas congeladas marcó parte del inicio del año en el Congreso, con algunos incluso alertando que empleados de la primera categoría superaban los haberes de los propios legisladores.

Ante la decisión de las autoridades del Congreso de no otorgar una suba del 30%, cada una de las cámaras tomó distintas salidas a los reclamos.

En la Cámara baja, recién el 5 de junio se formalizó a través de una resolución firmada por Menem – que evitaron que sea publicada en la web- un incremento en tres cuotas, a percibir entre mayo, junio y julio.

Pero el Senado accionó más rápido y en la sesión del 18 de abril, sin debate y a mano alzada -por lo cual solo quedó registro en los videos de algunos que decidieron no levantar sus manos-, se aprobó una resolución que estableció: «A partir del mes de mayo del presente año, los senadores nacionales percibirán un total de 13 dietas anuales. Cada una de las mismas será equivalente a 2.500 módulos más un adicional de 1.000 módulos por gastos de representación y 500 módulos de adicional por desarraigo». «El valor del módulo será el equivalente al que perciben los empleados legislativos», agregaba el texto.

De esta manera, en abril pasaron de una dieta de menos de 2 millones de pesos a 7 millones de pesos de bolsillo. De acuerdo al recibo publicado en la página oficial del Senado, el sueldo de los senadores asciende -entre dieta, gastos de representación y desarraigo- a los $7.093.511,37. En tanto, a diciembre de 2024, el valor módulo de la escala salarial es de $2.225,25.

Senado: aumentos de sueldo suspendidos hasta el 31 de diciembre

Cuando los gremios legislativos acordaron un aumento del 6,5% entre julio y agosto, dado el impacto que esto tendría de lleno en las dietas, los jefes de bloques del Senado presentaron un proyecto de resolución que suspendía cualquier tipo de suba hasta el 31 de diciembre. Se votó por unanimidad en la sesión del 22 de agosto, con 65 votos a favor.

En aquella jornada, el salteño Juan Carlos Romero (Provincias Unidas) cuestionó que «hay un montón de funcionarios en el Estado de los que son un misterio sus ingresos». «Es un mensaje positivo que damos que no queremos engancharnos al salario de los trabajadores del Senado», agregó.

Ese día también se aprobó un emplazamiento de comisiones para tratar un proyecto del jefe de Unión por la Patria, José Mayans, sobre establecer un tope a los sueldos de los funcionarios de los tres poderes del Estado (con remuneraciones que no superen 20 salarios mínimos, vitales y móviles). Sin embargo, nunca se debatió.

A partir del congelamiento dispuesto en agosto, los senadores tampoco recibieron una suba en el último trimestre del año, con el acuerdo de un 6% de aumento que consiguió la Comisión Negociadora del Congreso para los empleados en el tramo septiembre-diciembre, acordado en noviembre.

Sin sesiones extraordinarias a la vista, y en un ambiente que quedó áspero en la Cámara alta, sobre todo en la relación del oficialismo con la oposición dialoguista, no se vislumbra una pronta decisión sobre el congelamiento de las dietas. En caso de suceder, podría ser a través de un consenso de jefes de bloques que se traduzca en una resolución de Villarruel, de modo de extender la suspensión y patear la discusión para cuando comience el nuevo período ordinario. Si no sucede, arrancará el 2025 con el descongelamiento, que los senadores verán impactar en sus haberes en febrero.

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