Los ingresos de los habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires mostraron en el tercer trimestre un avance insuficiente para superar la inflación acumulada en el mismo período. Según un informe del Instituto de Estadística y Censos de la Ciudad (IDECBA), el incremento interanual de los ingresos individuales fue del 212,1 por ciento, mientras que la inflación alcanzó el 240,6 por ciento.
El reporte indica que, pese al aumento en los ingresos, la aceleración de los precios sigue impactando directamente el poder adquisitivo de los porteños. La suba de los ingresos laborales fue del 219,1 por ciento, superando a los ingresos no laborales, que se expandieron un 188,8 por ciento. En ambos quedaron rezagados frente a la inflación, afectando las condiciones de vida de las familias.
En promedio, los ingresos individuales alcanzaron los 881.587 pesos, pero con diferencias marcadas entre las zonas de la ciudad. En la zona Norte, los ingresos individuales son 75,6 por ciento mayores que en la zona Sur, reflejando las desigualdades territoriales.
El ingreso total familiar promedio se ubicó en 1.428.034 pesos, con una suba interanual del 208,5 por ciento. Este incremento también quedó por debajo del Índice de Precios al Consumidor de Buenos Aires (IPCBA), que subió un 240,6 por ciento en el mismo período.
El análisis zonal muestra diferencias significativas. Los hogares del Sur tuvieron un alza del 178,2 por ciento, alcanzando un ingreso promedio de 1.146.064 pesos, mientras que en el Norte el incremento fue del 201,9 por ciento, con un ingreso de 1.674.298 pesos. En el Centro, los ingresos subieron un 225,5 por ciento, promediando 1.432.534 pesos.
El ingreso per cápita familiar también reflejó disparidades. En promedio, fue de 742.701 pesos, un aumento del 208,8 por ciento interanual. Sin embargo, en el Norte alcanzó los 975.313 pesos, mientras que en el Centro fue de 728.619 pesos y en el Sur, 522.722 pesos.
El informe destacó la persistente desigualdad en la distribución de los ingresos. El 30 por ciento de los hogares con menores ingresos per cápita concentra al 38,7 por ciento de la población, pero apenas el 12,8 por ciento del total de los ingresos. Por el contrario, el 30 por ciento superior de los hogares concentra más de la mitad de la masa de ingresos, con el 52,4 por ciento del total.
En el caso de los ingresos laborales, el salario promedio alcanzó los 896.550 pesos, con un crecimiento del 242,0 por ciento, ligeramente por encima de la inflación. Sin embargo, los trabajadores por cuenta propia no tuvieron la misma suerte, con ingresos promedios de 579.789 pesos y un crecimiento interanual del 187,1 por ciento, muy por debajo de la inflación.
El informe resaltó que el 10 por ciento de los trabajadores con menores ingresos percibe menos de 180.000 pesos en su ocupación principal, mientras que el 10 por ciento superior supera los 1.800.000 pesos. Esto significa que, en promedio, el decil superior gana casi 25 veces más que el inferior.
Por último, los ingresos no laborales, como jubilaciones y pensiones, también quedaron rezagados frente a la inflación. Estos ingresos crecieron un 198,6 por ciento interanual, lo que implica una pérdida de poder adquisitivo para los jubilados y pensionados.