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Tras baja de inflación y superávit fiscal, estos son los grandes desafíos que enfrentará Caputo en 2025

La baja de la inflación, la estabilidad cambiaria, el superávit fiscal y financiero son grandes logros que los economistas resaltan al hacer un balance económico de 2024, el primer año del Gobierno de Javier Milei, al tiempo concuerdan que el talón de Aquiles del programa es la escasez de reservas netas, que siguen siendo altamente negativas,y por ende la lentitud en la salida del cepo

En ese marco, los analistas señalan que uno de los principales desafíos del Gobierno en el 2025 será el levantamiento del cepo, entre otras asignaturas pendientes como que la actividad económica empiece a crecer en forma sostenida, algo clave para el empleo, y para el humor social en un año electoral.

Tanto Milei como el ministro de Economía, Luis Caputo prometieron que el cepo se levantará este año que recién comienzapero la percepción en el mercado es que eso ocurrirá recién después de las elecciones legislativas.

Lo mejor de 2024

Al hacer un balance del 2024, la consultora EconViews evaluó que lo mejor del 2024 fue que «con licuadora y motosierra se llegó al déficit cero» que «ha sido el ancla del programa que ayudó a bajar la inflación y el riesgo país y a que los inversores del mundo vuelvan a mirar a la Argentina con esperanza».

«La baja de la inflación fue el logro económico que le trajo al gobierno el mayor rédito político. Lo interesante es que el peso pasó de ser el excremento a ser el ganador en estos de meses de la competencia de monedas. Todavía falta, pero el gobierno viene ganando la batalla», destacó.

La consultora resaltó como otro éxito del plan que «gracias a la baja de la inflación y de las tasas de interés volvió el crédito» y por ende, las cuotas. En ese sentido, enfatizó: «Volvió el crédito hipotecario y el prendario. El sueño del auto y la casa propia».

Otra de las conquistas que recalcó es que «los bonos estaban destruidos y hoy tenemos riesgo país por debajo de 700 puntos y con un empujón más podemos salir a los mercados», al tiempo que elogió que «se comenzó a desenredar la maraña de regulaciones y leyes que había en Argentina, y hoy todo es un poquito más fácil, más transparente y hay mejor clima de negocios».

Lo peor del 2024: reservas y jubilaciones

Por otro lado, entre peor del 2024, en EconViews mencionaron en primer lugar que continúa el cepo: «La libertad no le llegó al tipo de cambio. Seguimos llenos de restricciones tanto para el dólar oficial como para el Contado con Liquidación y parecería que no hay apuro para sacarlas».

También subrayaron que pese a la racha compradora del BCRA las reservas netas siguen siendo negativas, y necesitamos más para salir del cepo y pagar la deuda». Al respecto, plantearon que «el tipo de cambio real no ayuda, y endeudarse con el FMI da respiro, pero no es una solución de fondo».

Asimismo, señalaron que «la licuación tuvo costos: si bien ayudó a bajar el gasto público y disminuir el peso de la deuda en pesos, va a tener costos a largo plazo. Una vez más el que apostó el peso perdió y eso puede implicar una tasa de interés real más alta en el futuro».

«Los jubilados fueron los grandes perdedores del ajuste, que ya había empezado con Massa. Y el panorama no luce promisorio, porque si hubiera aumentos en términos reales se pondría en jaque el ajuste fiscal», advirtió la consultora.

Por otra parte, consideró que «la discusión sobre si hay o no atraso cambiario continúa, pero parece un diálogo entre sordos».

«Los dólar-pesimistas (que esperan devaluación) miran la falta de reservas y el déficit de cuenta corriente qu e se avizora, los dólar-optimistas (que dicen que todo está bien) miran las exportaciones y los ingresos del 2030. El debate se va a dirimir cuando se libere el tipo de cambio, algo que dólar-optimistas no quieren hacer (y por algo será)», esgrimió.

Por último, juzgó que «la apertura de la economía se viene haciendo por las malas razones»

«La apertura de las importaciones hay que hacerla, la pregunta es cómo. Por ahora se prioriza castigar a los que suben (o no bajan) los precios en lugar de priorizar eficiencia y darles tiempo a las empresas para que se preparen para la competencia externa», criticó.

Los desafíos para 2025: dólar y cepo

Camilo Tiscornia,l gran desafío del Gobierno en materia económica es el aspecto cambiario y el cepo».

«El resultado fiscal está acomodado, la economía empieza a crecer, bajó la inflación, el mercado laboral está bastante contenido, mejora la confianza, pero hay un tema clave que es el cepo y que el tipo de cambio está bajo», recalcó, y también aludió a un escenario externo más complejo.

En ese sentido, Tiscornia sostuvo que «se fortaleció el dólar, subieron las tasas afuera, se depreció el real y bajó la soja» y aseguró que ese combo es «un desafío para el Gobierno que quiere mantener muy controlado el movimiento del tipo de cambio, que va de la mano del objetivo en algún momento de liberar el cepo».

En sintonía, Christian Naud, analista de ACM, afirmó que «en lo inmediato, creo que el principal objetivo del Gobierno es la salida del cepo, que sigue siendo una de las mayores interrogantes que tiene el mercado».

«También serán un gran desafío para este año los pagos en moneda extranjera que deberá afrontar, que al día de hoy alcanzan aproximadamente u$s18.300 millones. Por lo tanto, será importante la negociación de un nuevo acuerdo con el FMI, que actualmente está en tratativas», manifestó.

A su vez, planteó que «para continuar por el sendero de estabilización, el Ejecutivo mantiene como principio innegociable el equilibrio fiscal, aunque existen ciertas presiones para el 2025».

«Ya no rige el impuesto PAIS, que representó una parte importante de la recaudación tributaria, sobre todo en el primer semestre. También se espera que el gasto previsional crezca en términos reales por como está diseñada la fórmula, sumado a que es probable que haya cierta activación de la obra pública, partida que durante el año pasado fue una de las principales afectadas. Si los mayores ingresos por aquellos impuestos ligados a la recuperación de la actividad económica no logran compensarlo, el gobierno deberá continuar con el recorte del gasto, algo desafiante en un año electoral», aseveró.

En materia cambiaria, Naud afirmó que «el tipo de cambio cuasi fijo plantea riesgos significativos».

«La recuperación económica podría incrementar la demanda de bienes y servicios importados, presionando la cuenta corriente. En este aspecto, si la actividad crece entre un 4% y 5%, según la elasticidad producto de las importaciones, esto se traduciría en aproximadamente unos u$s7.000 millones extras. Aunque las exportaciones del sector energético, en particular de Vaca Muerta, podrían compensar parte de este desequilibrio, el riesgo de déficit en cuenta corriente continua latente. Es clave evitar repetir situaciones como las vividas durante el gobierno de Macri, cuando un déficit de cuenta corriente alcanzó el 4,3% del PIB en 2017″, destacó.

Además, advirtió que «la apreciación del tipo de cambio real puede afectar la competitividad del sector transable, especialmente cuando aún no se ha llevado a cabo ninguna reducción de impuestos a la producción, y esto podría generar presiones en materia de empleo en estos sectores».

De igual visión, Maximiliano Ramírez,socio de Lambda Consultores, opinó que el gran reto en 2025 es «la apertura del cepo». Y acotó: «dicen que van abrir el cepo vamos a ver cuándo, cómo, hoy lo que se ve es que cuándo intentas abrirlo, el tipo de cambio todavía se dispara, con lo cual lo que evidencia es que aunque están haciendo las cosas bien,  todavía no está consolidado, no está firme».

Por otra parte, en EconViews hacen hincapié en que «hay signos claros de que empezó una reactivación, aunque lenta». Y evaluaron: «el 2024 fue el año de la estabilización y de capear la crisis que dejó el gobierno anterior» por lo que el desafío es que «el 2025 tendrá que ser el año de consolidación y crecimiento».

En ese sentido, en Facimex Valores consideran que «en 2025 la recuperación debería volverse más sensible, liderada por la inversión, motivando un impulso más decidido sobre el salario real y el empleo» y afirmaron que «este cambio será importante para la percepción de una sociedad que considera que hubo una mejora importante de la situación macroeconómica, pero que todavía no se tradujo en una modificación de la situación personal».

Para el economista Federico Glustein, los desafíos en 2025 son: bajar la inflación a por lo menos un 35% anual, pagar la deuda externa, negociar un nuevo acuerdo con el FMI, crecer al 5% anual, sacar el cepo, sostener el superávit fiscal, bajar la pobreza y que crezca el empleo»

«Las posibilidades son altas. Se salió de la recesión, tenemos un sendero sostenido de baja inflacionario, está bajando la pobreza y mejorando la economía general. Falta cumplir con la recuperación del empleo pero con más exportaciones y actividad, eso se logra. Dependerá de cómo se resuelvan las tensiones de la actividad, el empleo y el tipo de cambio, de que mejore el perfil exportador, de lograr el acuerdo con el FMI, cumplirlo y que entren recursos frescos para sostener la política cambiaria», concluyó.

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