En los próximos días se esperan jornadas de calor extremo, que exigen al máximo la capacidad del organismo para mantener el equilibrio térmico. Cuáles son las señales de alarma
El verano trae consigo jornadas de calor extremo que exigen al máximo la capacidad del cuerpo para mantenerse en equilibrio. Dentro de los límites normales, el organismo funciona correctamente, pero cuando el exceso de calor lo supera, pueden surgir consecuencias que afectan la salud. Identificar las señales de alarma y entender los riesgos asociados a estos episodios es clave para prevenir complicaciones.
Las principales afecciones derivadas de esta situación incluyen estrés, agotamiento y golpe de calor. Cada una presenta síntomas específicos y niveles de gravedad particulares.
Desde malestar general, fatiga e irritabilidad hasta cuadros críticos que comprometen la conciencia y requieren atención médica inmediata, la información adecuada permite actuar de manera oportuna frente a un escenario que, durante estos días de calor extremo, no debe subestimarse. Es por ello que, con la llegada de días calurosos, el cuerpo puede experimentar distintas alteraciones.
Es importante identificar y diferenciar entre las siguientes condiciones:
- Estrés por calor.
- Agotamiento por calor.
- Golpe de calor.
El estrés por calor se produce cuando se altera el equilibrio térmico del cuerpo, y se caracteriza por síntomas como:
- Decaimiento.
- General de Malestar.
- Irritabilidad.
- Fatiga.
- Congestión.
Estos signos, combinados con tensión arterial baja (generalmente debido a las condiciones climáticas), deben ser considerados como señales de alarma.
Esta condición aparece en contextos de altas temperaturas y elevados niveles de humedad, cuando el cuerpo empieza a sobrecalentarse. Para contrarrestar esta sobrecarga térmica, aumenta la transpiración, lo que genera una mayor necesidad de hidratación. Es fundamental reponer líquidos de manera inmediata.
El agobio por calor suele manifestarse después de varios días de exposición a altas temperaturas y presenta los siguientes síntomas:
- Sudoración excesiva.
- Náuseas.
- Dolor de cabeza.
- Calambres musculares.
- Cansancio extremo.
- Presión arterial baja.
- Sensación de inestabilidad.
- Sed intensa.
- Garantizar un buen descanso nocturno.
- Utilizar ropa liviana, de colores claros y holgada.
- Mantenerse bien hidratado, bebiendo abundante agua.
- Evitar las bebidas azucaradas.
- Reduzca o evite la actividad física intensa en momentos de altas temperaturas.
El golpe de calor es una condición grave en la que el cuerpo pierde la capacidad de regular su temperatura central. Esto genera un cuadro clínico que requiere atención médica inmediata. Los síntomas y signos más frecuentes incluyen:
- Piel enrojecida, caliente y seca.
- Dolor de cabeza intenso.
- Fiebre alta.
- Sensación de debilidad general.
- Mareos o vértigo.
- Zumbidos en los oídos (acúfenos).
- Confusión o desorientación.
- Convulsiones.
- Pérdida de conciencia.
Ante cualquiera de estos signos o síntomas, es imprescindible buscar atención médica de urgencia en el centro de salud u hospital más cercano. Mientras tanto, se recomienda:
- Aflojar la ropa.
- Permanecer en un lugar fresco.
- Beber agua en pequeños sorbos.
- Aplicar paños húmedos o fríos sobre el cuerpo o utilizar hielo en las áreas de mayor circulación sanguínea, como el cuello o las axilas.
El objetivo de estas medidas es ayudar a reducir la temperatura corporal a niveles normales, es decir, entre 36,5 °C y 37 °C.
Consejos para prevenir el golpe de calor:
- Consumir entre 2 y 3 litros de agua al día, aumentando esta cantidad en climas cálidos.
- Utilice gorras, sombreros y ropa liviana de mangas largas para protegerse del sol.
- Busque sombra al caminar y evite la exposición prolongada al sol.
- Permanecer en ambientes frescos, preferentemente con ventilación o refrigeración.
Especial debe prestarse atención a bebés y adultos mayores, quienes pueden experimentar un golpe de calor de manera “silenciosa”, sin manifestar los síntomas clásicos. Por ello, es fundamental insistir en mantener su hidratación: en el caso de los bebés, aumente la frecuencia de las tomas de leche materna.
Dra. Stella Maris Cuevas MN: 81701 es Médica otorrinolaringóloga – Experta en olfato – Alergista Expresidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA)