Julián Gómez, director de retail de la consultora Scentia, analizó en Canal E el panorama del consumo masivo en Argentina durante 2024 y describió una caída generalizada y un escenario de recuperación lenta. Gómez ofreció una visión detallada sobre las categorías más afectadas, los factores que impactan en las ventas y las perspectivas para 2025.
El consumo masivo registró una caída promedio del 14% en 2024, según Gómez. Esto se debe a los efectos rezagados de la crisis económica y política de 2023. «El segundo semestre de 2023 estuvo marcado por una fuerte inflación y la incertidumbre cambiaria tras las PASO, lo que llevó a los consumidores a adelantar compras de productos no perecederos», explicó.
El especialista también destacó que, a pesar de las promociones y descuentos en supermercados y tiendas de autoservicio durante 2024, el consumo no logró repuntar de manera significativa. «El ajuste en los hogares llegó al inicio del año y no se fue. Aunque diciembre mostró un repunte estacional, el panorama sigue siendo complejo», agregó.
Un consumo segmentado y ajustes en las prioridades
Gómez enfatizó que la caída del consumo fue generalizada, pero algunas categorías se vieron más afectadas que otras. «Los productos básicos como harinas y levaduras, que permiten cocinar en casa, cayeron menos. En contraste, categorías más prescindibles, como postres lácteos y suavizantes, registraron bajas de hasta el 40%», detalló.
Este comportamiento refleja un cambio en las prioridades de los consumidores, que optaron por alternativas más económicas para ajustarse al presupuesto. «La gente dejó de salir a comer o pedir delivery y optó por cocinar en casa. Este ajuste se hizo desde el principio del año y persiste», afirmó.
El impacto de la inflación y los salarios
Gómez explicó que la relación entre inflación y salarios es determinante para la evolución del consumo. «Cuando la inflación supera a los salarios, el consumo se retrae automáticamente. Solo cuando los salarios logran ganar a la inflación vemos una recuperación, aunque con un desfase de uno o dos meses», señaló.
Si bien en la segunda mitad de 2024 los salarios comenzaron a superar a la inflación, Gómez advirtió que el poder adquisitivo sigue golpeado por las pérdidas acumuladas en años anteriores. «Aunque los salarios crecieron en dólares, aún no alcanzan para recuperar los niveles de consumo previos», comentó.
Comparaciones con la crisis de 2001
Uno de los datos más alarmantes es que el consumo per cápita actual está en niveles similares a los registrados tras la crisis de 2001. «Si lo analizamos por persona, estamos en valores muy parecidos a los de 2002 o 2003. Esto muestra la magnitud del desafío que enfrentamos«, afirmó Gómez.
Este dato refleja no solo la contracción económica, sino también los cambios en los patrones de consumo a medida que las familias priorizan otras necesidades, como la compra de electrodomésticos o la reparación del hogar. «El ajuste ya se hizo en los productos básicos. Ahora las familias destinan lo poco que tienen a otras áreas que habían postergado«, explicó.
Perspectivas para 2025
De cara a 2025, Gómez se mostró cauto respecto a la posibilidad de una recuperación del consumo masivo. «Para que el consumo repunte de manera sostenida, es fundamental que los salarios reales sigan mejorando y que la inflación continúe bajando«, afirmó.
Asimismo, destacó que el desafío para las empresas y los comercios será mantener estrategias de precios competitivas y adaptadas a las necesidades del consumidor. «Las promociones seguirán siendo clave para atraer a un público que busca maximizar el valor de su dinero», concluyó.