La Selección argentina, a falta de una fecha para el final de la Fase de Grupos, ya está clasificada a las semifinales de la Copa América femenina: su andar perfecto en el torneo que se está disputando en Quito, Ecuador, donde cosechó tres victorias en tres partidos, le aseguró su lugar entre los cuatro mejores seleccionados del certamen y la ilusión crece y crece de la mano de las jugadoras nacionales, que este jueves cerrarán la primera ronda ante el combinado local.
Actitud y fútbol, hasta el final
El conjunto nacional sabe que no ha sido fácil y, sin embargo, logró el puntaje perfecto en lo que va del torneo sudamericano: venció a Uruguay por 1-0, a Chile por 2-1 y a Perú por 1-0. La determinación del plantel argentino es una de las claves, quizá la más importante, que les permitió meterse rápidamente en semifinales: más allá de las estrategias dispuestas por el entrenador y del desarrollo de cada partido, las futbolistas albicelestes no se resignan aun cuando las excursiones al arco rival no prosperan y no se logra abrir el marcador. «Si nosotras entregamos el corazón y el alma, si jugamos de la misma manera en la que estamos entrenando, con esa dedicación y profesionalidad con la que estamos trabajando, los resultados se van a ir dando solos», había dicho en la previa de la Copa América la capitana argentina, Aldana Cometti. Sus palabras parecen haberse traducido sobre el campo de juego: la Selección siempre va a buscar el triunfo, una premisa que suena a lugar común del fútbol pero que es evidencia empírica en la labor de las futbolistas nacionales en Quito, que hicieron todos sus goles en los últimos 15 minutos de juego. Si bien contra Perú el desahogo llegó a los 42 minutos del segundo tiempo, con el grito de Yamila Rodríguez, contra Chile la victoria se terminó de edificar a los 90 minutos de juego, cuando la capitana marcó el 2-1 que les dio la remontada.
Más allá del buen pie de las futbolistas argentinas, esta clasificación tiene un sello: los goles de cabeza. El juego aéreo –que definió los tres goles de las victorias sobre Chile y Perú, de Daiana Falfán, Cometti y Rodríguez– ha sido otra de las claves de esta clasificación y otra de las herramientas futbolísticas del equipo de Germán Portanova de la cual sacar provecho y a la cual acudir cuando, por abajo, las ofensivas no entregan las alegrías buscadas.
La amalgama generacional
La amalgama generacional también parece ser uno de los argumentos de esta Selección: en ella confluyen destacadas jóvenes –Kishi Núñez, Agostina Holzheier, por mencionar algunas– con futbolistas experimentadas que ya saben lo que es hacer aportes de gran valor con la camiseta albiceleste. En estos tres partidos se ha visto la fluidez futbolística con que se mixturan los dos tipos de experiencias y el primer gol argentino de este certamen es prueba de ello: Florencia Bonsegundo, la recordada autora del doblete ante Escocia para el histórico 3-3 en el Mundial de Francia 2019, definió con un exquisito sombrerito sobre la arquera uruguaya en el arranque de su cuarta Copa América, luego de una asistencia de Holzheier, quien había saltado desde el banco al campo de juego y no había contabilizado ni siquiera sus primeros diez minutos en la historia del torneo sudamericano. Los últimos dos encuentros marcaron, a su vez, la importancia de las jugadoras históricas a la hora de definir partidos difíciles: fueron Cometti, capitana y jugadora con más cantidad de presencias en la Selección dentro del plantel, y Yamila Rodríguez, goleadora de la última Copa América, quienes anotaron los tantos para conquistar las victorias sobre Chile y Perú.
Lo que viene: un escalón más
Con su último triunfo de este lunes, la Selección argentina continúa su camino por una senda satisfactoria: siempre, desde que el torneo estableció el formato de Fase de Grupos (en 1998), el equipo nacional logró meterse en la Fase Final. De conquistar una victoria ante Ecuador en el último partido por la primera ronda, el próximo jueves, las dirigidas por Portanova replicarían su mejor actuación histórica en la Fase de Grupos, aquella que consiguieron en 1998 y en 2006 –en ambas ediciones la Copa América se disputó en Argentina–, cuando cerraron la instancia con cuatro triunfos en cuatro partidos jugados.
Después, llegará la Fase Final de esta décima edición de la Copa América y, con ella, un desafío de mayor exigencia futbolística para las argentinas. Brasil y Colombia son dos de las fuertes candidatas para medirse con la Selección nacional en semifinales. La Verdeamarela es la actual campeona y se ubica cuarta en el ránking de la FIFA. Las cafeteras, en tanto, son las subcampeonas del certamen, cuentan con jugadoras de alto vuelo y llegaron hasta cuartos de final de los Juegos Olímpicos de París 2024 (fueron eliminadas por penales por las españolas campeonas del mundo) y del Mundial 2023 (cayeron 2-1 ante las inglesas campeonas de la Eurocopa).
«Vamos partido a partido, primero nos toca Ecuador y luego estarán muy fuertes para enfrentar lo que venga», expresó Portanova luego de la clasificación ante Perú. Este miércoles, el plantel completo se entrenará de cara al partido ante las locales, ese al que la Selección ya llega clasificada pero con ganas de seguir mejorando para afrontar la recta final de una Copa América en la que ya expuso fútbol, eficacia y argumentos para encender la ilusión argentina.