InicioPolíticaLa aplastante derrota de Milei profundiza la crisis del gobierno

La aplastante derrota de Milei profundiza la crisis del gobierno

Estaba dicho. El gobierno de Javier Milei había llegado a las decisivas elecciones de la provincia de Buenos Aires en su peor momento político. El oficialismo estaba envuelto en pánico y se le habían quemado todos los papeles: de plantear que un triunfo electoral le abriría las puertas a las reformas estructurales en la segunda parte de su gobierno, había pasado a vivir en modo de operativo de emergencia, atravesado por una crisis multidimensional política, económica, social y de legitimidad moral.

El “empate técnico” que había vaticinado el presidente en el acto de cierre de campaña en Moreno, se reveló como lo que efectivamente era: puro humo. No hubo magia política posible y a pesar de sus intentos de polarización senil el oficialismo nacional sufrió una paliza histórica en las urnas y perdió más de dos millones de votos respecto de los que había obtenido en 2023 (LLA + JxC). El significado es mayor aún porque las elecciones de la provincia de Buenos Aires habían tomado toda la intensidad política de un test nacional.

Las causas de la contundente derrota del gobierno no son difíciles de encontrar. Basta repasar las noticias de las últimas semanas:

  • el Karinagate que puso al desnudo la corrupción de la máxima cúpula del gobierno;
  • el protagonismo de las internas y de las operaciones de inteligencia que tienen al oficialismo en estado de paranoia;
  • la censura previa al periodismo que busca inútilmente combatir la percepción masiva de que se roba mientras se ajusta y se reprime en las áreas más sensibles como discapacidad o jubilados;
  • un presidente y uno de sus principales candidatos que se convierten en meme después de tener que huir humillados de un acto en Lomas de Zamora; las denuncias por sobreprecios en el PAMI;
  • un largo encadenamiento de derrotas legislativas que ponen en cuestión el esquema de gobernabilidad;
  • la derrota electoral del pasado domingo en Corrientes donde La Libertad Avanza quedó cuarta;
  • una gestión de la economía en estado de improvisación permanente basada en un solo objetivo, que es mantener el precio del dólar como sea hasta las elecciones de octubre, cuando ya es evidente para propios y ajenos que los desequilibrios del «plan» de Caputo ya estallaron por todos lados.

A partir de este lunes se abre un terreno desconocido, dado que a las dudas del gran capital -que empieza a desconfiar de la capacidad de La Libertad Avanza para llevar adelante sus promesas de continuar el ajuste, aplicar reformas estructurales y pagar la deuda externa que tiene vencimientos muy voluminosos en los próximos años- se suma de forma dramática la falta de volumen político por parte del gobierno. No solo perdió toda legitimidad moral para aplicar el ajuste al demostrarse que es corrupto, que roba mientras recorta en áreas sensibles como discapacidad o jubilados, sino que también sufre una derrota electoral de magnitud que pone totalmente de manifiesto su debilidad política.

En este combo, las derrotas legislativas que ya venía sufriendo La Libertad Avanza y el surgimiento del bloque de gobernadores (Córdoba, Santa Fe, Corrientes, Jujuy, Chubut, Santa Cruz) anticipaban que desde distintos sectores de las clases dominantes se considera al de Milei como un gobierno en crisis que, o bien hay que condicionar e imponerle un cambio de rumbo, o bien ya hay que diseñar el posmileismo para el caso de que un salto en la crisis abra escenarios de pérdida de gobernabilidad.

A esas incógnitas habrá que sumar desde este lunes la reacción de los «mercados». Vale recordar que ya todos los planes de Caputo habían estallado: había sido rescatado por el FMI en abril, había luego dilapidado todos los dólares sin acumular reservas, había subido las tasas de interés dramáticamente y finalmente la semana pasada blanqueó que el Tesoro vende divisas norteamericanas para intentar que no se escape su valor (y con él la inflación) antes de las elecciones de octubre. La suba del «riesgo país» llegando casi a los 900 puntos en los últimos días son reflejo también de las enormes dudas sobre la viabilidad del gobierno.

De forma insólita, Javier Milei habló este domingo por la noche planteando que reconocía la derrota y que haría una «autocrítica». Sin embargo, a continuación confirmó, hablándole al capital financiero, que mantendría y redoblaría el rumbo de ajuste fiscal, preanunciando que un gobierno sumamente debilitado que se propone mantener su dirección se dirige sin dudas hacia mayores convulsiones económicas, políticas y de la lucha de clases.

En este marco, el camino hasta los comicios nacionales se hace larguísimo y no está en absoluto exento de nuevos saltos en la crisis.

Este domingo, fue el peronismo quien capitalizó principalmente la crisis del gobierno -aunque no creció mucho en votos absolutos respecto de 2021-, al ser visto por amplios sectores como la vía por la cual castigar a La Libertad Avanza. Y dentro de este espacio el ganador fue Axel Kicillof por sobre Cristina Kirchner, quien se había opuesto al desdoblamiento electoral. Sin embargo, este resultado no esconde en modo alguno la crisis en la cual llegó el peronismo, tras el fracaso del Frente de Todos y atravesado por internas y disputas de poder entre sus diferentes alas.

En este marco, el Frente de Izquierda y de Trabajadores Unidad, tras una gran campaña hecha a pulmón, sin espacios gratuitos en los medios de comunicación y sin los recursos de los aparatos millonarios y los empresarios logró hacer una buena elección a nivel provincial, destacándose en la Tercera Sección Electoral donde encabezó Nicolás del Caño, obteniendo dos diputados provinciales. El Frente de Izquierda logró ser tercera fuerza en las secciones más numerosas y populares como la Primera y la Tercera, así como también en la Octava. También hizo una gran elección en municipios como La Matanza con cerca del 8 %, con resultados destacados asimismo en distritos como Merlo, Presidente Perón, Quilmes, Berisso, Lanús, entre otros.

La crisis del gobierno de Milei no hace más que profundizarse y es necesario con urgencia plantear un camino de ruptura a los planes del FMI y de sometimiento al gran capital financiero y extractivista que no hacen más que profundizar el saqueo y la decadencia nacional. El Frente de Izquierda es parte del pueblo trabajador que este domingo votó masivamente contra La Libertad Avanza y se propone poner su influencia conquistada al servicio de impulsar la movilización contra los planes de Milei, el FMI y los grandes empresarios. Hoy, más debilitados que nunca, se los puede derrotar. Pero para eso surgen desafíos más urgentes que nunca, como parte del desafío estratégico de construir una fuerte fuerza orgánica de la clase trabajadora y grandes corrientes clasistas en los sindicatos que conquista la capacidad de lucha para vencerlos. En lo inmediato se acelera la necesidad de organizar las fuerzas desde abajo, de forma democrática, autoorganizada y coordinada para imponerle a las organizaciones sindicales, sociales y estudiantiles un rumbo en el camino de un paro nacional activo y plan de lucha en la perspectiva de la huelga general para derrotarlos. También, levantar una gran campaña del Frente de Izquierda hacia octubre. Pero, de fondo, enlazar cada una de estas batallas con la necesidad de fondo de que ante esta enorme crisis nacional demos pasos en la construcción de un gran partido de la clase trabajadora con fuertemente enraizado en todos los lugares de trabajo, en cada barrio y lugar de estudio, que pelee por un programa de salida a la crisis favorable a las grandes mayorías.

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