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Cecilia Amenábar, exmujer de Gustavo Cerati contó el comienzo de su fuerte historia de amor: Me miraba y yo temblaba

Cecilia Amenábar recordó cómo conoció a Cerati

En una íntima charla en el ciclo Cuatro Cabezas Segunda Edición, la exmodelo, artista y DJ chilena Cecilia Amenábar desgranó los detalles de aquel día de 1988 en que su vida cambió para siempre. Fue el comienzo de una historia que desafiaría normas y distancias, tejida bajo las luces del estrellato y la pasión juvenil. “Suena el teléfono. Mi nana me dice: ‘Cecilita, la llama su tío’”, recordó Cecilia con una mezcla de nostalgia y emoción.

Su tío, periodista, tenía una invitación insólita: lo habían enviado a cubrir una conferencia de prensa de Soda Stereo en el Hotel Crowne Plaza. Sabía que la joven era fanática de la banda y no dudó en incluirla. “¿Puedo ir?”, le preguntó apresurada a su madre, quien, siendo fan de The Beatles, entendió la magnitud del momento. “Bueno, dale Ceci, te doy permiso”, le respondió con complicidad, rememorando sus días como eterna enamorada de George Harrison.

Esa tarde, Cecilia llegó al sótano del hotel, el lugar donde se realizaban las conferencias de prensa en aquellos años. “Me vestí de negro, con el pelo teñido de blanco y sucio porque estaba enferma”, confesó entre risas, describiendo la escena como salida de una estética new wave. Su plan era mantenerse en las sombras, pero no pasó inadvertida.

Gustavo Cerati y Cecilia Amenábar, un amor intenso

“Yo me senté al fondo, súper piola, pero Gustavo me cachó al tiro. Me miró y no me dejó de mirar”. Intentando escapar de esa conexión eléctrica, Cecilia desviaba la vista. “Pensaba: ‘No, no, tengo que irme de acá. Estoy muy nerviosa’”. Pero al terminar la conferencia, Cerati se acercó, decidido.

“Viene y me toca el brazo: ‘Hola, ¿qué tal? ¿Vos quién sos? Porque yo soy Gustavo’. Me miraba a los ojos, y yo temblaba”, recordó Cecilia, todavía emocionada al revivir ese instante. A pesar de sus nervios, logró presentarse, y Gustavo aprovechó el momento: “Hoy en la noche tenemos un programa, Martes 13, ¿querés venir con nosotros?”. Pero ella, asustada por la intensidad del encuentro, rechazó la invitación. “Le dije: ‘No, estoy enferma, tengo que volver a casa’”.

El interés de Gustavo no pasó inadvertido para Charly Alberti, quien intervino con picardía. “Me dijo: ‘¿Por qué no querés venir esta noche? ¿Te da vergüenza?’. Fue muy insistente. Me preguntó si quería llevar a amigas, que no me preocupara”. Finalmente, Cecilia cedió y le dio su número. Esa noche, acompañada por su amiga Paula Bascuñán, vivió lo que describiría como un sueño.

Benito con sus padres, en una de las fotos que posteó en sus redes

Ambas llegaron al hotel y ahí se produjo la magia. “Cuando bajó la banda y nos fuimos en el auto con ellos, sentí que estaba dentro de una película”. Durante el trayecto, Gustavo se sentó a su lado. “Me tomó la mano como si fuera algo natural. Él avanzó, porque yo soy muy tímida. Si no avanzan, no concreto”, confesó.

Esa noche, aunque no hubo besos ni gestos románticos mayores, algo profundo se encendió. “Fue una situación adolescente, muy inocente”, explicó. Antes de despedirse, Gustavo volvió a invitarla, esta vez al rodaje de un videoclip en Ritoque. Pero Cecilia, comprometida con sus estudios, tuvo que declinar nuevamente: “Tenía una prueba en el colegio. No pude ir”.

La determinación de Gustavo quedó clara cuando esa misma noche, al regresar de Ritoque, la llamó para hablar con ella. Y desde allí, comenzaron a hacer continuas las charlas entre ambos. “Tenía que ir a otra casa para hablar con él porque si mi mamá veía un número argentino en la cuenta de teléfono, me iba a matar”. Así comenzó un tira y afloje que se prolongaría durante un considerable tiempo.

Cecilia Amenábar junto con su hija, Lisa Cerati

Más adelante ella entendió que el cantante no iba a rendirse fácilmente. Esa primera conexión en el sótano del Crowne Plaza marcó el inicio de una relación que trascendió las dudas y los límites impuestos por sus circunstancias.

“Cada uno tiene que vivir su historia, luchar por su amor. Puede terminar bien, puede terminar mal, pero cuando hay algo tan fuerte, es imposible pararlo”, concluyó Cecilia, al recordar las primeras 24 horas junto a un hombre que no solo fue el amor de su vida, sino también el padre de sus hijos Benito y Lisa y su compañero en un viaje lleno de música y emociones.

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