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Remedios gratis del PAMI: cómo fue el lento desarme del plan «Vivir Mejor» y quiénes pierden más

Pasaron 24 horas desde que el PAMI comunicó la eliminación del plan Vivir Mejor, que hasta ahora cubría al 100% el costo de un número grande de medicamentos, y de a poco empiezan a trascender detalles importantes, como el número de remedios con cobertura modificada hasta los nuevos porcentajes que deberán pagar los jubilados y cuántas personas vienen apelando al subsidio social, cosa de seguir contando con la cobertura total de sus remedios.

Vale recordar que hasta este fin de semana se podía hablar de tres categorías de medicamentos, o -en realidad- cuatro. El primer grupo en realidad excede al PAMI y a los jubilados en sí, ya que son los remedios asociados a enfermedades con cobertura garantizada por alguna ley sancionada en el Congreso de la Nación. Tenían 100% de cobertura hasta ahora y continúan igual.

Por mencionar algunos, son los remedios para afecciones como diabetes, cáncer, hepatitis B y C, VIH, enfermedad renal crónica, artritis reumatoidea o los relacionados con trasplantes.

Ahora veamos los otros tres (de los que ahora quedaron en pie dos). Entre febrero de 2020 y este fin de semana estuvo vigente un programa de medicamentos con cobertura del 100% llamado “Vivir mejor”. Lo creó un presidente y lo desarmó otro: Alberto Fernández y Javier Milei, respectivamente.

Durante el albertismo y hasta mediados de este año, llegó a haber unas 170 moléculas (o principios activos) en ese programa, traducidos en unas 2.700 presentaciones de medicamentos. Cada jubilado podía tener un número limitado de remedios gratuitos por mes, siempre dentro de esa canasta.

El gobierno actual fue bajando, en cómodas cuotas, ambas cosas: la cantidad de remedios del plan y el número de medicamentos gratuitos que cada persona podía pedir por mes.

El ministro de Salud, Mario Lugones, junto con el director del PAMI, Esteban Leguizamo.

Esos recortes fueron dados a conocer con fórceps. La decisión de brindar tal o cual cobertura para tal o cual medicamento es información que se define en mesas chicas de trabajo entre la industria farmacéutica, el PAMI y las cámaras de farmacias. No se difunde la información, bajo el argumento de que “los cambios son permanentes”, y las listas de remedios, “dinámicas”.

Mientras este medio informó en agosto que las moléculas del Vivir mejor habían bajado a 109 y que cada jubilado podía tener hasta 5 medicamentos gratuitos por mes (salvo que tramitara el famoso “subsidio social”), para noviembre -se pudo confirmar ahora- esos principios activos se achicaron a 98. Nadie lo supo, salvo algún que otro afiliado que no logró hacer escuchar su voz de que le habían recortado la cobertura “de más”.

¿Qué ocurrió con las 87 moléculas que salieron del Vivir Mejor en el transcurso del año? Algo más de la mitad fueron a parar al grupo de medicamentos que en el sector llaman “ambulatorios”, sobre los cuales se ofrece una cobertura que oscila entre el 50% y el 80% (según esos cambios “dinámicos” que va haciendo el sector). El resto fue a parar al último grupo (el peor antes de transformarse en remedios de venta libre, cuya cobertura es cero).

Son los llamados medicamentos de “uso eventual”: remedios sobre los que el PAMI aplica un 40% de descuento a favor del afiliado, pero esa quita parte de un precio más caro por cada cajita de remedio. Es cierto: el tema es un lío. Pero vale la pena aclarar la maraña de conceptos porque revelan la cantidad de acuerdos sobre los que no se difunde información clara.

Existen por lo menos dos tipos de precios: el precio de venta al público, que todos llaman “PVP” y el “precio PAMI”. En enero, el segundo llegó a estar un 60% por debajo del primero, brecha que se fue achicando (los laboratorios compensaban tamaño descuento con subas en el resto de los medicamentos) y a mediados de noviembre ya rondaba el 26%. A medida que ese porcentaje se siga achicando (algo que ocurre en un goteo silencioso y persistente), los precios que los jubilados pagan por sus remedios seguirán en alza.

El acceso de los jubilados a los medicamentos se dificulta cada vez más.

Retomando el relato, lo importante es que los medicamentos de “uso eventual” tienen un 40% de descuento para el afiliado, pero no sobre el precio PAMI sino sobre el PVP que paga cualquier hijo de vecino.

PAMI: la novedad de esta semana

Es momento de actualizar el tema, según las novedades de este lunes: el Gobierno diluyó el plan Vivir Mejor y hay 93 moléculas que ya no tienen cobertura del 100%, salvo que la persona tramite el subsidio social, que -según fuentes confiables del sector- tiene activos actualmente 850.000 afiliados.

Ahora bien, ¿a qué grupo, entre los descriptos arriba, fueron a parar los remedios del Vivir Mejor?

Las 93 moléculas (que representan cientos de presentaciones de remedios diferentes) pasaron al grupo de los “ambulatorios”, que se venden en las farmacias con el precio “preferencial” PAMI, y a los que luego se les aplica entre 50% y 80% de descuento, según el remedio.

Muchísimos remedios que utilizan los adultos mayores (el sector de la población más polimedicado de todos) están en esa categoría. Nadie da precisiones respecto de cuántos tienen el 50% de descuento y cuántos, una cobertura mayor.

Lo que sí se sabe es que hay más de 5 millones de afiliados al PAMI y que cerca de 3,3 millones de personas cobra la jubilación mínima.

El subsidio social que permite seguir teniendo 100% de cobertura (en los remedios puntuales por los que se haga el trámite) se obtiene si la persona cumple distintos y exigentes requisitos. Uno de ellos (no excluyente) es no cobrar más que 1,5 haberes mínimos. O cobrar hasta 3 haberes, pero tener discapacidad o vivir con alguien con discapacidad. O cobrar aun más, pero tener un gasto en remedios que llegue al 15% de los ingresos.

Con todas estas cifras bajo la manga, es fácil estimar que unas 4 millones de personas podrían (no todas juntas, pero sí en distintos momentos) pedir el subsidio social ante el PAMI. Porque el médico les indica un tratamiento de dos meses o porque les indica uno para el resto de la vida y la plata no les alcanza.

Y, en efecto, según se pudo averiguar, unas 40.000 personas vienen tramitando el subsidio social cada mes. Es un número dinámico, no del todo acumulativo realmente, porque la mayoría de los pedidos es por tratamientos no crónicos. La cifra, sin embargo, estaría en alza, confirmaron fuentes reservadas. Y de hecho ya tiene 850.000 inscriptos.

La pregunta de por qué el PAMI no cruzó las bases de datos de los jubilados que menos ganan y les dio el beneficio del subsidio social por default -sin que deban pasar por un trámite engorroso, siendo una población completamente vulnerable-, es un interrogante difícil de responder.

Si bien es claro que la novedad puede tener sus virtudes (subsidiar la demanda y no la oferta), es evidente que habrá injusticias. Al menos de dos tipos.

1) Habrá personas que cobren un par de pesos encima de los 1,5 haberes (equivalente a 389.000 pesos) y que, aun estando -en los términos del INDEC- en situación de pobreza, no podrán pedir el subsidio social.

2) Habrá quienes sí o sí precisen el subsidio social y que ante un cuadro clínico imprevisto, como podría ser una infección bacteriana que exija la toma de un antibiótico “ya”, no puedan perder tiempo en el tramiterío frente al PAMI y paguen con el descuento de los ambulatorios. Un golpe al bolsillo.

Hablando del trámite en sí, algunos pedidos de subsidio social quedarán resueltos en la dependencia del PAMI en la que vive la persona. Pero si pide subsidio para 4 o 5 medicamentos, la solicitud irá a dirimirse en un nivel mayor. Y si los remedios pedidos llegaran a 7 o más, la resolución del pedido se resolverá en PAMI Central. En ningún caso la respuesta (por «sí» o por «no» al subsidio) estará por debajo de los 15 días.

PS

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